Y un día alguien me dijo: ¿qué harías si encontraras en tu ciudad a una persona asexual?
Lo pensé. Lo pensé. Y aún lo sigo pensando.
Sin dudas podríamos ser grandes amigos. O no.
Incluso podríamos salir juntos. O quizás no.
Nos contaríamos esas experiencias que siempre quedaron divagando en nuestras mentes.
Nos cuestionaríamos miles de cosas que ignorábamos.
Pero más allá del término "asexual", de nuestras vivencias, de nuestros miedos,
de nuestras dudas, de nuestras certezas: tendríamos una confianza especial,
tendríamos una empatía difícil de encontrar; y sobre todo, utilizaríamos la asexualidad
como un "puente", para acercarnos más como las personas que somos.
Después de todo, la asexualidad no es lo único que puede unir a dos personas,
es tan sólo un aspecto más de la personalidad. Como lo es la música, el deporte, la política...
Queda en uno quedarse en un aspecto y limitarse al mismo como si fuese una estructura.
Queda en uno, convertir esos aspectos en puentes.
Queda en uno utilizar diferentes puentes para unirnos a las personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario